Desde el punto de vista doméstico, los pastores alemanes son compañeros y animales de compañía muy queridos, sobre todo para aquellos dueños y familias que estén preparados para proporcionarles la estimulación física y mental necesarias que requiere la inteligencia de dicha raza. Como recompensa, el Pastor Alemán les proporcionara una vida llena de fidelidad, obediencia y satisfacción. Su inquebrantable devoción y sentido de la protección son tan tranquilizadores como afectuosas es su inteligencia y su naturaleza alegre.
El perro Pastor Alemán es de temperamento equilibrado, con nervios firmes, seguro de sí mismo, totalmente desenvuelto y (excepto cuando está provocado) totalmente benigno; al mismo tiempo debe ser atento y fácil a entrenar. Debe poseer valor, instinto de combate y rudeza para poder ser apropiado como compañero, guardián, perro de protección, de servicio y de pastor.



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